Alberuela de Tubo gana la batalla judicial a la diócesis de Huesca por la propiedad de su ermita

Es el tercer litigio de similares características que dirimen los tribunales en la provincia de Huesca y es la primera vez que fallan en contra de la Iglesia, que ya anuncia un recurso ante la Audiencia

HERALDO DE ARAGÓN.- El Juzgado de Instrucción nº 1 de Huesca ha otorgado la propiedad de la ermita románica de Nuestra Señora del Castillo al pequeño Ayuntamiento de Alberuela de Tubo, que demandó a la diócesis de Huesca por haber inscrito a su nombre el templo en el Catastro y en el Registro de la Propiedad. Es el tercer litigio que dirimen los tribunales de la provincia de Huesca sobre la propiedad de templos religiosos entre un ayuntamiento y una diócesis y es la primera vez que fallan en contra de los intereses de la Iglesia.

Recientemente, este mismo juzgado concedió la propiedad de la ermita de la Virgen de Casbas de Ayerbe, conocida como la ‘Capilla Sixtina’ del Alto Aragón por sus valiosas pinturas murales del siglo XVII, al Obispado de Huesca, aunque el Ayuntamiento va a recurrir; y antes el Juzgado de Boltaña sentenció lo mismo con la iglesia de Plan a favor del Obispado de Barbastro-Monzón. En ambos casos, los fallos argumentaron que el uso de estos templos era para culto y negaron que el pago de gastos de rehabilitación y mantenimiento por parte del municipio permitieran otorgara su titularidad.

ERMITA DEL AYUNTAMIENTO

El Juzgado de Instrucción número 1 de Huesca celebró en mayo una vista en la que ambas partes aportaron documentos y testimonios para intentar acreditar que habían ejercido la posesión a título de dueños del templo, el objeto en cuestión de estos tres litigios. En este caso, al contrario que en los dos anteriores, fue el consistorio el que demandó en diciembre de 2020 a la diócesis por haber inscrito la ermita en el Catastro (2009) y en el Registro de la Propiedad (2015).

El Ayuntamiento de Alberuela de Tubo, defendido por los servicios jurídicos de la Diputación Provincial de Huesca (representada por la abogada Ana Cristina Bescós), aseguró que había ejercido de dueño de forma directa o a través de los vecinos "con diferentes actos inequívocos siempre en solitario y con total aquiescencia de los párrocos y del Obispado". Entre ellos, los trabajos de restauración costeados con fondos propios, donaciones y subvenciones a partir de principios de los 90 para mantener en pie el edificio ante su estado de ruina. Unas obras para las que nunca pidieron autorización a la diócesis. "Solo por el hecho de ser un edificio religioso o una ermita dedicada a la advocación de la Virgen María no es suficiente para atribuirle la propiedad al Obispado", defendieron.

Mientras, la diócesis de Huesca alegó que esta ermita era una propiedad suya "indiscutible" y que el Ayuntamiento ni podía acreditar cómo la adquirió ni durante cuánto tiempo la utilizó, e insistió en que el Consistorio fue conocedor en 2015 "con absoluta seguridad" de la inscripción en el Registro de la Propiedad pero en cambio no presentó la demanda hasta 2019 por lo que habría prescrito el plazo de dos años para reclamarla. Además, el abogado Joaquín Guerrero aludió al precedente de la demanda por la iglesia de Plan en la que el Juzgado de Boltaña concluyó que el mantenimiento, reparación o demás pagos no son indicativo suficiente de su titularidad. Afirmó al respecto que las obras se acometieron en la ermita de Alberuela de Tubo eran "para recuperar su culto y eso no se puede considerar nunca un servicio público".
 

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